Gatos vs robots y viceversa

Si el otro día en el cuento ¿Pan comido? fantaseábamos con un futuro distópico en el que tras un apocalípsis animal los gatos hubieran sido sustituidos por robots hoy vengo a hacer hincapié en que quizá esa realidad que parece tan lejana esté empezando a tomar forma. Y es que hay gente que ahora mismo, aquí, ahora, ya prefiere un gato mecánico a otro vivito y coleante. ¿Qué? ¿No me creéis? Pues para  muestra, ¡botones!

Y así, los primeros en llegar a nuestra lista son los Cat Danboard, unos robots-caja gatunos venidos del lejano oriente, en concreto del felino Japón, ese país en el que los nekos y absolutamente todo lo que les rodea alcanza en cuestión de minutos el nivel de locura nacional. Evolución de los robot-caja humanoides conocidos como Danbos que surgieron del manga ¡Yotsuba! de Kiyohiko Azuma, coleccionarlos en todos los colores posibles levanta pasiones, siendo la finalidad fotografiarles para compartir sus ronroneantes posados en redes sociales. ¡Ahí es nada!

Gatos robot Danbo.

De acuerdo. Podéis echarme en cara que los Cat Danboard no dejan de ser simples muñequitos de plástico articulado sin cables, sin chips y sin ápice de I. A. o inteligencia artificial más allá de la que cada uno quiera imaginarles y en eso debo daros la razón. Pero para solventar esta carencia, ¿qué tal si pulsamos el 2º botón? Y es que los ejemplares desarrollados por la empresa juguetera Hasbro destinados a hacer compañía a personas solitarias y/o mayores sin las molestias que se supone puede generar un animal de verdad ya son más parecidos a lo que entendemos por un autómata gatuno. Estos gatos maúllan, ronronean, se mueven y aseguran horas de placer y compañía siempre y cuando no nos olvidemos de cambiarles las pilas. Ejem, ejem... ¿En serio, Joy For all? Por muchos motivos (que cada cual elija los suyos) simplemente alucinante. Y es que sustitutos robóticos aparte, allí donde esté un gato de carne, hueso y pelo (mucho pelo) que se quite cualquier imitador automático, ¿o no? Porque sí, son bonitos pero comparados con un gato real ¿no creéis que les falta mucho de todo?

Gato robot de la Hasbro pensado para hacer la vida más fácil a personas que viven solas.

Y bueno, esto solo es la punta de un iceberg que promete porque si juntamos programación, inteligencia artificial, impresoras 3D y amor por los gatos, ¿dónde está el límite? Un ejemplo de hacia dónde empieza a dirigirse el mundo de la robótica animal es el Petoi Opencat, un robot desarrollado por el programador Rongzong Li: una monada robótica capaz de moverse con bastante soltura y de demostrar incipientes pizcas de personalidad. El tiempo dirá si estos primeros pasos conducen hacia algo más.

Petoi OpenCat, un gato del futuro que ya pisa fuerte el presente.

Si os soy sincera no creo que jamás llegue a conocer un mundo sin gatos y gracias al cielo porque ¿para qué? Pero ¿quién sabe si generaciones futuras a la nuestra se verán obligadas a padecer semejante vacío? Un vacío que quizá intente ser disimulado a base de sustitutos mecánicos pero que no podrá ser nunca lo mismo, eso que tenemos ahora al alcance de la mano. Y es que ya lo dijo el poeta Víctor Hugo, que Dios hizo al gato para ofrecerle al hombre el placer de acariciar a un tigre y está claro que podemos intentarlo pero va a resultar muy difícil emular esa sensación maravillosa a base de tuercas y resortes.

Y vosotros, ¿qué opináis? ¿Conocéis más gatos robots? ¿Disfrutáis de la compañía de alguno? ¿Es este el comienzo de una guerra gatos vs robots o solo el principio de una bonita y duradera amistad?