La importancia de un clic

De un canal de desagüe en una carretera. De ahí me sacó el humano después de:

  • Presenciar cómo casi me atropellan.
  • Lograr esquivarme con su coche.
  • Comprobar por el retrovisor que seguía vivo.

Yo era un enano pardo de 350 gramos con algo así como un mes de vida. Él, un conductor que volvía a casa después del trabajo y que no dudó en aparcar y meterse hasta las rodillas en aquella profunda y húmeda cuneta para tratar de ayudarme. Y de esta manera, mi idea de hacer autostop aquel día fue el comienzo de una aventura alucinante para este gato. ¿Y por qué os cuento esto hoy? Porque ayer los humanos pasaron con el coche justo al lado de ese canal de desagüe mugriento en el que no saben qué hubiera sido de mí pero que, gracias a que algo hizo clic en el corazón de mi humano al verme aquella tarde corriendo entre los coches, siempre será un lugar importante en nuestras vidas. Y es que hay veces que un clic logra que todo cambie y esos clic especiales saltan cuando menos te lo esperas.

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Y aquí estoy yo, meditando muy seriecito sobre la importancia de los clics.

Ay, ¡el clic! A veces basta una mirada. Otras, una caricia. En los tiempos que corren puede ser una foto difundida por RRSS. Pero el caso es que lo que hace falta para que todo funcione es que salte ese clic prodigioso en el corazón de algún humano cariñoso y responsable porque esa es la señal de salida. Y ya no importan los esfuerzos, las prisas, las llamadas, las pulgas, los bufiditos, las cuarentenas, las presentaciones con el resto de gatos ni que te quedes un poco cojo. Porque ese clic en el corazón manda y, pase lo que pase, por fin estás a salvo. 

No tengo ni idea de cuál fue vuestro clic así que si os apetece contármelo, estaré encantado de descubrirlo. En mi caso, un desagüe de carretera en el que soy consciente de que el destino decidió sonreírme y así, hasta ahora. ¡Ojalá aquella sonrisa y aquel clic sirvan para iluminar el destino de otros muchos que aún esperan! Y por eso, contando mi historia, quiero mandar un mensaje a todos los que siguen luchando por cambiar sus circunstancias: no desesperéis, ¿vale? Porque hay mucha gente buena luchando por ayudaros y las oportunidades se agazapan casi en cualquier lugar. ¡Si lo sabré yo! ¡Suerte y a ver si conseguimos que salte pronto vuestro propio clic!

¡Ronroneos!

Aviso para gatonautas: Por si alguien aún no lo sabe, la humana (de cuyo clic ya os hablaré otro día) lleva años utilizando la cuenta de Twitter @ConGatos para difundir a muchos amigatos en apuros y ahora yo me he convertido en su asistente. ¡La de horas que me paso a su lado cada tarde redactando tuits y haciendo retuits! Si no lo hacéis aún, pasaos por allí y ayudadnos a hacer visibles a los invisibles. ¿Lo haréis? Todo sea por ayudar a tantos como podamos a encontrar vía clic sus propias y merecidísimas oportunidades de ser felices.  

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