¿Demasiado o muy poco corazón?

Si os digo que hoy vamos a hablar de trasplantes a muchos os vendrá a la cabeza que España puede presumir por ser un país pionero en este ámbito, con un sistema bien diseñado y eficaz que hace que año tras año aumenten tanto el número de receptores y de cirugías llevadas a cabo como el de donantes. A veces puede tratarse de operaciones inter vivos (p. ej. hígado, riñón, pulmón...) y otras, intervenciones tras el fallecimiento de una persona que generosamente dona sus órganos y tejidos (p. ej. corazón) a aquel que los necesita. Todos, independientemente de la supervivencia o no del donante, son regalos de vida entre humanos pero... ¿alguna vez os habéis parado a pensar si los trasplantes también se practican en la medicina veterinaria? ¿Sí? ¿No?

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¿Es ético que un animal sano se convierta en donante involuntario para salvar a otro?
¿O que un animal viva a costa de que otro muera? Foto vía Freepik.

Si os hubiese formulado esta misma pregunta hace algunos años la mayoría habríais contestado que no con toda la razón pero en pleno siglo XXI, cuando la veterinaria ha avanzado tanto como para ofrecer a nuestros perros y gatos procedimientos, intervenciones y tratamientos símiles a los de la mismísima medicina humana ¿a que os hago dudar? Pues apartad los interrogantes desde ya de vuestras cabezas y sabed que, a pesar de ser aún poco frecuentes, los trasplantes en animales no son para nada una aberración propia de la isla del Dr. Moreau. ¿Sus handicaps a fecha de hoy más allá de las complicaciones propias de una operación de esta índole? El precio, ciertamente elevado pero en el que no vamos a entrar, y el origen de los órganos/tejidos a trasplantar. Y, por supuesto, he aquí el inmenso dilema.

Trasplantes inter vivos.

Para entendernos, un trasplante inter vivos es aquel que se realiza entre receptor y donante con la posibilidad e intención de que ambos (si no interfieren complicaciones durante el procedimiento) salgan vivos del quirófano, bien porque solo es necesario trasplantar una porción de órgano (por ejemplo, de hígado), bien porque el organismo dispone de órganos pareados (riñones, pulmones...) y podemos vivir solo con uno. La idea que propone la veterinaria en este caso es sencilla: utilizar como donante a un animal sin hogar o directamente condenado a morir en la perrera y que a cambio de su órgano nos comprometamos a ofrecerle el hogar que merece. Podríamos resumirlo como adopción a cambio de un órgano, ni más ni menos pero sin obviar que al donante, un animal completamente sano antes de la cirugía, le quedarán tras la intervención secuelas de por vida.

Trasplante de donante muerto.

Independientemente de que es cierto que el animal donante no otorga su consentimiento en ningún momento y de que quizá su calidad de vida se vea comprometida, más allá de la ética quizá la propuesta anterior os haya parecido digerible, admisible, aceptable al comprender que los dos, donante y receptor, pueden sobrevivir. Pero por desgracia hay órganos que solo podrían trasplantarse en caso de muerte (por ejemplo, el corazón) y aquí es donde el dilema se acrecienta porque... ¿aceptaríais la muerte de un animal sin hogar aunque estuviera en la perrera y fuera a ser sacrificado sí o sí para salvar la vida de vuestro propio perro o gato? Valiente pregunta con múltiples implicaciones y ramificaciones porque ¿sería lícito tomar ese órgano que necesitamos de un animal que iba a morir de todas formas? ¿No deberíamos intentar salvarle a él también? ¿Acaso un animal merece vivir más que otro? 

Otros debates paralelos pero directamente relacionados podrían ser que, siendo la medicina veterinaria privada... ¿no terminaría por generarse un mercado de órganos basado en la desgracia de los animales abandonados o sin hogar? ¿O incluso no existiría la posibilidad de que se crearan criaderos de animales en plan granja de órganos? Ahora vayamos por la senda contraria: ¿pensáis que sería posible construir entre todos un sistema de donaciones basado en la generosidad y similar al humano? Porque si ante la muerte de vuestro animal alguien os lo pidiera... ¿donaríais sus órganos para salvar otra vida? Y así muchos más. Pero hasta aquí llego yo, que ahora lo que toca es que reflexionéis vosotros y compartáis vuestros comentarios, vuestras impresiones, vuestros sentimientos. Podéis optar por participar por aquí, por pasaros por nuestro FB o por votar directamente en la encuesta que hemos colgado en Twitter y que estará abierta hasta el viernes 24/05/2019. Sea como sea... ¿alguien se anima?

Aviso para GATOnautas. Por ahora y en ausencia de un sistema de donaciones controlado y justo, los trasplantes veterinarios que se plantean, al menos sobre el papel, básicamente son los de riñón y preferiblemente vinculados siempre a la adopción del donante. Podéis verlo como una manera de compensarle por su pérdida o como una opción de vida para dos, aunque aquí la opinión de cada uno es libre. ¿Una alternativa? ¿Algo inaceptable? Al menos que os quede claro que los trasplantes inter vivos están ahí y que quizá algún día (ojalá que no) os lo ofrezcan como alternativa. Y no digo más.

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