Cinco gatitos tiene la gata,
otro empujón y son diez.
Ninguno lo va a tener fácil.
¿Me dejas contarte por qué?
La rino y panleucopenia
se llevan al menos a dos.
No olvido el calicivirus
que es otra buena infección
que deja a alguno tocado
con mocos y sin visión.
¡Ya solo nos quedan ocho!
Y de esos al menos tres
van a morirse de hambre
porque no hay para comer.
Y volvemos a ser cinco
porque la calle los mata
con sus coches, furgonetas
y, de repente... ¡una rata!
Y mamá gata ha salido.
Nadie los va a defender.
Los pequeños están solos.
Ya solo tenemos tres... :(
Tristes bebés que maúllan
pero mamita no vuelve
y un vecino al que molestan
coge a uno y le retuerce.
Y entre penas y miserias
ya solo nos vive un par
a los que una voluntaria
con inmensa humanidad
saca por fin de la calle
para parar el reloj
de esa cuenta atrás infame
que no frena ni el candor,
de ese círculo vicioso
tejido entre vida y dolor.
Un poema en diez gatitos
muerte, enfermedad, pavor
y una gata que entra en celo...
¿Otra vez? ¿En serio? ¡No!
Es época de gatitos y mientras escribo esto seguro que alguna gata está pariendo clandestinamente en cualquier rincón, cinco gatitos, siete, diez, pasando de un parto a un nuevo celo en cuestión de meses, marcando récords de alumbramientos como auténticas campeonas pero ¿para qué? ¿Para arrastrar y transmitir enfermedades y mala vida? ¿Para legar a su prole el frío, el hambre y la suciedad como única herencia? Y mientras el drama se repite la gente puede dedicarse a debatir sobre el bien, el mal e incluso el sexo de los ángeles pero mientras ellos hablan y hablan ¿y si llegamos a un consenso? ¿O acaso el CES (Captura-Esterilización-Suelta) y el control de colonias no es una alternativa más digna que parir sobre el asfalto crías que nacen para morir? Y es que castrar a tiempo tal y como están las cosas es evitar sufrimiento. Así sea.
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| Cinco gatitos tiene la gata. Otro empujón y son (casi) diez. Omelette y su melé de pequeñines buscan hogares con ayuda de Axla Madrid. |
En la foto tenéis a la preciosa Omelette, una gata joven que casi podría ser la protagonista de nuestro poema. Y es que ahí donde la veis en un solo parto ha alumbrado ¡nueve gatitos! Abandonada recién parida en una caja, ella y sus pequeños han sido rescatados y acogidos por la protectora Axla - Amigos de los Animales de Madrid, que les cuidará hasta que estén preparados para encontrar buenos hogares. Y así, si estáis buscando un gatito al que adorar para siempre o una mamá gata a la que querer con locura, no dejéis de contactar con ellos.
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