La sirena y el gato

- Abuela... ¿Me cuentas esa historia de la sirena y el gato? 
- ¿Esa? Pero si te la sabes de memoria... ¿De verdad quieres que te la cuente otra vez, cariño? 
- Es que me encanta... 
- En tal caso... 

   "Érase una vez una niña sirena con mirada de agua y un gato de ojos brillantes que se hicieron amigos. Y quizá os preguntéis cómo se forjó tan curiosa amistad. Resulta que una noche, mientras la sirena estaba sentada en una roca de una recóndita playa cantando, algo se acercó a ella. Jamás había visto unos ojos como esos, con un cielo estrellado en su interior. El ser de mirada refulgente, curioso como él solo, había sido hechizado por su canto y se dirigía a ella manso y complacido. La sirena, sin pensárselo dos veces, extendió la mano y cuando lo tuvo cerca, le acarició. Y a pesar de ser tan diferente a ella y a todo lo que conocía, sintió que era hermoso y permitió de buen grado que se acurrucara sobre su regazo de pez. 

- ¿Quién eres, extraño ser de cuatro patas? 
- Soy un gato, hermosa sirena, y estaré encantado, si me lo permites, de ronronear en tu compañía.
- ¿Te apetecería venir a mi reino en el fondo del mar? 
- Aunque puedo nadar, yo soy un ser de tierra y no llegaría vivo hasta donde quieres llevarme. ¿Qué te parece si nos quedamos aquí, en el límite entre nuestros dos mundos? Y desde entonces, gato y sirena no volvieron a pasar ni una noche separados, compartiendo miles de lunas arrullados por las olas... 

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Gato oteando el horizonte, esperando a su sirena. (Foto CPomares)

Quizá no lo sepáis, pero cuando las sirenas celebran su mayoría de edad, además de recoger su cabellera con peinetas de nácar, pueden pasar una noche transformadas en mujeres: su cola se convierte en dos piernas firmes y esbeltas y pueden caminar y disfrutar de las sensaciones que aguardan en tierra durante unas horas. Eso sí, antes del amanecer deben decidir si regresan al agua salada y siguen siendo sirenas o si, por el contrario, prefieren caminar erguidas y ser mujeres para siempre. Así, cuando el tiempo giró y esa noche especial llegó, nuestra sirena y nuestro gato volvieron a encontrarse como cada noche en la misma playa. Pero por primera vez, en lugar de acurrucarse sobre una roca, el gato guió a la sirena más allá del arenal en un paseo ideal para estrenar sus piernas nuevas. Juntos admiraron los árboles y las flores que bordeaban los caminos y los curiosos animales que vivían lejos de la orilla. Charlando, cantando y ronroneando las horas volaron y ninguno de los dos se percató de que el alba ya asomaba. Aún estaban lejos del agua cuando el primer rayo de sol rompió el horizonte... 

- ¡Oh, gato! ¡El sol está saliendo ya! No podré volver a ser sirena... 
- Si tu desdicha es culpa mía, sufriré por ello el resto de mis días.- Y aunque los gatos no pueden llorar tal fue la tristeza que le embargó que las lágrimas corrieron entre sus bigotes formando un torrente salado.- ¡Sirena! Empapa tus piernas con mi llanto para recuperar tu forma y regresar al océano al que perteneces.
- ¿Has sido capaz de llorar por mí, amigo gato? Sólo por eso y en loor de las miles de noches que hemos compartido en estos años elijo quedarme a tu lado.

Y de esta manera, la sirena eligió ser mujer para quedarse en tierra con su gato, al que acompañó y cuidó hasta el final. Y después de él a otros gatos que eran hijos, nietos, bisnietos y tataranietos de aquel que fue capaz de arrancar lágrimas a unos ojos llenos de estrellas con tal de intentar salvarla."

- ¿Te ha gustado, mi niña?
- Jo, abuela, es la historia más bonita de todas las que te sabes. ¿Me la contarás mañana otra vez?
- Por supuesto, cariño. Pero ahora, a dormir.
- ¿Puede quedarse Telmo conmigo?
- Claro. Que durmáis bien los dos. 

Y aquella mujer que aún prendía su melena blanca con peinetas de nácar salió de la habitación cruzando por un instante sus ojos de agua con los ojos llenos de estrellas de ese gato, dulce descendiente de aquel que una vez tanto la quiso y con el que durante tantas noches ronroneó a las olas y a la luna en una playa solitaria... 

Cuento original publicado en Facebook @congatosloloco (09/12/2015 y 11/01/2019)

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